Desde el 16 de mayo de 2010, se está desarrollando el Taller de empleo Álamo III en la especialidad Atención Sociosanitaria a personas dependientes en Instituciones Sociales, con el objetivo de dotar a dieciséis alumnos de una formación teórico-práctica remunerada que permita su cualificación e inserción laboral, existiendo además un compromiso de contratación posterior, en empresas del sector, del 50% del total de alumnos.
Estamos con Daniel Carrasco, director del Taller de empleo El Álamo III, para que nos responda a unas preguntas sobre el funcionamiento del taller.
Entrevistador: Hola Daniel. ¿En su opinión, cuál cree que está siendo la respuesta de los alumnos-trabajadores del taller?
La verdad es que estamos muy contentos con el grupo. Se llevó a cabo un cuidadoso proceso de selección en colaboración con la oficina del INEM de Colmenar Viejo entre desempleados de nuestra localidad, en el cual se ha dado prioridad a colectivos de difícil empleabilidad, valorando especialmente la motivación de los candidatos. El resultado ha sido un grupo proactivo con un elevado grado de compromiso. Me consta que los alumnos también están contentos con su participación en el taller.
E: ¿En qué lugar se realizan las prácticas?
Las prácticas se están llevando a cabo en la Residencia Municipal para la Tercera Edad Perpetuo Socorro, en la que los alumnos-trabajadores desarrollan labores de auxiliar de enfermería tales como levantar y acostar a los ancianos, servir y dar de comer desayunos, ayudar a los ancianos a hacer movilizaciones, etc. Muy pronto también se harán actividades en el Hogar del Jubilado de Miraflores: campañas de información y sensibilización, tomas de tensión, niveles de glucosa, colaboración en Terapia Ocupacional… También estamos pendientes de iniciar, en colaboración con los Servicios Sociales, un período de Atención y Ayuda a domicilio de ancianos que lo requieren.
E: ¿Dónde se llevan a cabo las clases teóricas?
Las clases teóricas se imparten en el edificio de la Casa de la Juventud, junto al Cuartel de la Guardia Civil.
E: ¿Qué formación, tanto teórica como práctica, se está impartiendo en el taller?
La formación profesional ocupacional se ajusta a los contenidos establecidos en los Reales Decretos que regulan los certificados de profesionalidad de la correspondiente ocupación. En este caso, dichos contenidos versan sobre los temas: Instituciones de Personas Dependientes, Atención Higiénico-Alimentaria, Atención Sociosanitaria en Instituciones, Apoyo Psicosocial, Atención Relacional y Comunicativa en Instituciones y Atención Especializada al Anciano. Podemos enorgullecernos de estar proporcionando a los alumnos una formación muy completa diseñada para convertirles en profesionales más que competentes del sector. De manera complementaria, el plan de formación contempla los siguientes conocimientos, destrezas y experiencias que se pretenden transmitir al alumno trabajador: seguridad e higiene en el trabajo, información y orientación profesional, formación empresarial, alfabetización informática y formación compensatoria.
E: ¿Cuántas personas están empleadas como formadoras en el taller de empleo?
El Taller cuenta con dos profesoras, Lucía, que es en enfermera y Violeta, psicóloga, que trabajan a tiempo completo impartiendo la teoría relacionada con sus respectivas áreas de conocimiento y supervisando las prácticas de los alumnos. Puntualmente se contrata a empresas externas para que impartan alguno de los módulos, como por ejemplo la formación alimentaria; y yo mismo, además de desempeñar las labores de dirección, también imparto alguno de los módulos complementarios como por ejemplo la formación compensatoria, que sirve como apoyo para la obtención del título de E.S.O.
E: ¿Cuánto dura el curso?
La duración de taller es de un año exactamente.
E: ¿Cuál ha sido la respuesta de los ancianos de la residencia a la presencia de los alumnos en prácticas?
Tenemos la impresión de que han sido muy bien recibidos, aunque habría que preguntárselo a los ancianos. Los alumnos valoran la dedicación de las auxiliares, de las que están aprendiendo mucho, aportan la frescura y el carácter genuino de cada uno y ayudan a dar una atención integral y de calidad a las personas mayores que conviven en la residencia, están contentos con su trabajo y eso se trasmite.
En un primer momento hubo cierta reticencia a la presencia de los hombres, poco representados en este trabajo, pero en seguida se acostumbraron a ellos y ahora a veces los prefieren.
Es una experiencia muy positiva en la que todos salen beneficiados.