Queremos dar las gracias a todos los que habéis participado en la fiesta de San Blas, tanto desde dentro como desde fuera. Desde la organización, pasando por las Serranas que nos ofrecieron el aperitivo en mitad del camino, la Hermandad, los perreros, los dos cocineros, Protección Civil, Guardia Civil, Policía Local, empleados municipales y familia Massó, hasta los participantes que con su presencia hicieron de un domingo frío y ventoso un día cálido y muy bonito. Todo ello, a pesar de la caída de la imagen del Santo a causa del viento, que por suerte, no ha sufrido graves daños y esperamos que pronto esté en perfecto estado.Mirafloreños y mirafloreñas, gracias y hasta el próximo San Blas.
La fiesta comienza el día 2 de febrero cuando los perreros, bajan de la sierra, antiguamente desde el Pico de la Pala, hasta la población armando gran alboroto con sus cencerros en rememoración de los actos que cuenta la leyenda. Según dice la tradición, allá en los tiempos de la ocupación francesa los hombres de Miraflores armados con cencerros imitaron la estampida de una manada de vacas provocando la huida de las tropas francesas acantonadas en la localidad. Ya el día 3 se realiza la romería hasta el Humilladero de San Blas donde todos los vecinos degustarán las tradicionales patatas con bacalao ofrecidas por el ayuntamiento. Tras la comida la comitiva regresa al pueblo y se dirige a la plaza de España donde se representa el ancestral rito de la vaquilla a la que los perreros darán muerte simbólica.